Hablan de soledad...

...los/as unos/as con los/as otros/as mientras alguno se esfuerza para que ni siquiera ésta lo abandone.

Hay veces en que los recuerdos felices valen lo mismo que los recuerdos horribles. Absolutamente nada tiene la más mínima importancia.

¿Qué pienso? ¿Qué hago? ¿Me muevo? ¿Tengo algún cometido? ¿A quién se lo pregunto?

Y tú, escritor, tú que escribes lo que piensas, ¿a quién van dirigidas las palabras? Tú, que dices que vives en la soledad más profunda y honda, ¿por qué no haces como yo, que pienso conmigo mismo, y así no soy yo el que la alcanza a ella sino que es ella la que me alcanza a mí? ¿A quién pretendes engañar con tus palabras, hablando de soledad con alguien el cual no eres tú mismo? ¿Te engañas a ti mismo/a?

Somos hijos del odio y de la ira, qué le vamos a hacer si nos llevan abandonando desde que nos dieron vida. Los gregarios nos llaman locos, nos observan, nos tildan… después siguen su curso, como el agua y absolutamente toda la materia. Nosotros nacemos, crecemos, decrecemos y morimos. Así, una vez más, no evitamos que la materia siga el curso que le fue encomendado; quizá formando parte de la energía de la que se nutren estos seres vivos seamos de más provecho.




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