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Mostrando entradas de agosto, 2013

Hegel, dialéctica del amo y el esclavo. Apuntes doc. argentino.

Hegel, dialéctica del amo y el esclavo. Yo deseo que el otro desee y que reconozca así mi propio deseo, mientras que el animal sólo desea cosas. El amo, en el cual su deseo es superior a su miedo a la muerte; el esclavo, en el cual su miedo a la muerte es mayor. El que tiene miedo a morir antepone el temor a la muerte a su deseo. El amo pone a trabajar al esclavo mientras el amo se vuelve ocioso, el esclavo trabaja la materia y comienza a construir la cultura, la cual es la transformación de la materia. La historia humana pasa por el lado del esclavo, es el esclavo, el que con su trabajo para el amo descubre que el tiene una relación con la materialidad que es creativa, y es tan creativa que le permite sentirse más humano que el amo. Hay una cultura porque el esclavo trabajador la hace. El amo queda confinado al ocio, goce, a la pasividad…, el esclavo a la actividad. El que ha terminado siendo humano es el esclavo, el que ha terminado siendo una cosa, materialidad, un anim

Adaptación de retahíla. 2.0

De lejos la vi llegar hasta el punto en que yo me encontraba, delante del parque de mi casa, donde jugaban alegres los niños del vecindario, algo o a alguien buscaba sin prisas pero sin pausa y con la gallardía de una mujer adulta, la acera era toda suya mientras se paseaba por ella hasta mí. Habiendo llegado apenas a dos pasos de mi persona, no lo dudé, le pregunté si a quien buscaba era a mí, pues en ese momento yo creía que giraba todo en torno mío predispuesto a los delirios de grandeza que en lo más adentro de mi cabeza se tornaban reales por momentos. Mi frágil cerebro no dudaba en aquellos instantes, la tenía por primera vez a mi vera, era la muerte. En ese instante debería haber despertado de la proyección astral en la que me había hundido hasta lo más hondo de mi alma durante el sueño pero no lo hice, o eso creo. La estaba viendo delante mía, en lo alto, era una forma alada sobre mi sepulcro, comenzó penetrando en mí su mirada, la evito, dirigiendo la mía al suelo plaga