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jueves, 25 de enero de 2018

Supérate

Todo el mundo, absolutamente todo el mundo, toda la gente, toda persona puede conseguir lo que le plazca, lo que quiera. Unos/as dirán: es que no soy capaz, es que no puedo, es que no tengo la suficiente capacidad física o psíquica para conseguir lo que deseo, no tengo dinero para hacerlo, no tengo tiempo para llevarlo a cabo, carezco de esto, esto y esto para conseguirlo. Ahora piensa con tu cerebro en todas estas anteriores aseveraciones y pregúntate: ¿Eras tú mismo cuando te las dijiste la última vez que intentaste hacer algo? O, a caso, ¿no era una voz del subconsciente? Entonces no eras tú mismo, te has estado dejando llevar todo el tiempo por tu subconsciente. Todo lo malo está ahí, y sale a fuera cuando intentas hacer algo: es que no soy lo suficientemente atractivo, no soy lo suficientemente inteligente, sabio, guapo, delgado, fuerte, hábil, etcétera, etcétera. Sin duda alguna, lo que debes hacer es diferenciar esa voz interior de tu propia voz interior, esa voz siempre te dirá que no puedes, que no eres capaz, siempre. Tu voz interior, escúchame, tu voz interior, la tuya, siempre te dirá que sí eres capaz, porque tú lo que quieres, sin duda alguna, es superarte.

Tú puedes ser el mejor moviendo pesos, atunes, cajas de un lado a otro de la fábrica, del camión a la máquina, el que más toneladas mueva al año; o ser el mejor en otra cosa que te propongas, tú decides. En los dos casos hay que trabajar, los dos implican trabajo, tú decides en qué quieres perder tu tiempo o en qué quieres ganarlo.

No lo tomes como una ofensa, como un mal trago; va con mucho cariño, son una oportunidad. Cada día tienes una otra oportunidad.

La preocupación por los problemas no los resuelve, sólo los resuelve la cabeza cuando se utiliza correctamente. Preocuparse es perder el tiempo, es tender a neurosis, es tender a una depresión. Resolver los problemas debe ser divertido no/nunca preocupante. Preocuparnos por los problemas sólo nos distrae, de mala manera, de lo divertido que es resolverlos.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

El necio y el sabio. Alétheia.

El necio no duda de su necedad, él se cree sabio, se piensa sabio, se sabe sabio. Él se cree que los demás son menos listos que él y se adelanta a ellos. Discute con un sabio y él sale ganador siempre porque se cree más sabio que aquél. Se desenvuelve en un lío de incoherencias y contradicciones, sin embargo, es capaz de llegar a la alétheia con ayuda.

El sabio duda de su sabiduría, él se piensa torpemente necio, se sabe ignorante. Él duda y reflexiona sobre sí y los demás, deja que los demás actúen antes que él. Sabe utilizar la dialéctica, la mayéutica y hacer que el necio descubra por sí la verdad.

La ironía socrática, la mayéutica y la alétheia (verdad) son como las artes marciales, se practican hasta la saciedad, depurándose como las técnicas más antiguas y seguras.

La alétheia dede Parménides, pasando por Sócrates hasta Heidegger, se traduce como “verdad”. Si analizamos el vocablo griego tenemos las raíces (a = sin) y (letheia = ocultar), por lo tanto, unidos forman el concepto ‘desocultamiento’. Es inteligible, mientras que la verdad o veritas es la correspondencia o adecuación de la realidad con lo que se dice, piensa o siente de ella.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Amos y Esclavos.


Para los antiguos griegos, en concreto, según Aristóteles: la esclavitud como fenómeno natural. Para él el señor, el esposo, el padre y el adquisidor de propiedades eran el arquetipo de hombre al que se aspiraba a ser a posteriori, después de conocer las diversas partes en que se componía el Estado como tal. Dicta: “Conforme al mismo principio, puede decirse que la propiedad no es más que un instrumento de la existencia, la riqueza una porción de instrumentos, y el esclavo una propiedad viva; sólo que el operario, en tanto que instrumento, es el primero de todos.” Ya que; “Si cada instrumento pudiese, en virtud de una orden recibida o, si se quiere, adivinada, trabajar por sí mismo, como las estatuas de Dédalo o los trípodes de Vulcano…” Es entonces cuando define: “…la propiedad es simplemente para el uso.


De un examen de doctorado. 
“¿Cuál es la tarea de toda enseñanza superior?” Hacer del hombre una máquina. “¿Cómo se consigue esto?” El hombre debe aprender a aburrirse. “¿Cómo se consigue esto?” Mediante la noción del deber. “¿Quién es su modelo en esta ocasión?” El filólogo, que enseña a trabajar como un burro. “¿Quién es el hombre perfecto?” El empleado del Estado. “¿Qué filosofía ofrece la fórmula suprema para el empleado del Estado?” La de Kant el empleado del Estado como cosa en sí, proclamado juez del empleado del Estado como apariencia. Por F. W. Nietzsche


Habla el inmoralista
Nada repugna tanto al filósofo como el hombre que desea... Cuando ve al hombre exclusivamente en sus actos; cuando ve a este animal más valiente, astuto y denodado extraviado hasta en trances laberínticos, ¡cuán admirable se le aparece el hombre! Y aun lo alienta... Desprecia el filósofo, en cambio, al hombre que desea, también al hombre “deseable”, y en un plano general, todas las deseabilidades, todos los ideales humanos. Si el filósofo pudiese ser nihilista lo sería, pues detrás de todos los ideales del hombre encuentra la nada. O ni siquiera la nada, sino lo ruin, lo absurdo, lo enfermo, lo cobarde, lo cansado, toda clase de heces de la copa vaciada de su vida... El hombre, que en tanta realidad es siempre vulnerable, ¿cómo es que no merece respeto en cuanto desea? ¿Será que tiene que pagar por la capacidad que lo distingue como realidad?, ¿que tiene que compensar su actividad, la tensión mental y el esfuerzo de voluntad en toda actividad, por una relajación en lo imaginario y lo absurdo? Hasta ahora la historia de los ideales ha sido la partie honteuse del hombre; hay que procurar no leer en ella demasiado tiempo. Lo que justifica al hombre es su realidad; ésta lo justificará eternamente. ¿Cuánto más vale el hombre real` en comparación con cualquier hombre tan sólo deseado, soñado, inventado y mentido?, ¿con cualquier hombre ideal? Sólo por ello el hombre ideal repugna al filósofo. Por F. W. Nietzsche
 

Partiendo de cierta dialéctica hegeliana, Dialéctica del Amo y el Esclavo:

El hombre desea que el otro desee y reconozca así su propio deseo, mientras que el animal sólo desea ‘cosas’, –añadiría supervivencia–. El amo en el cual su deseo es superior a su miedo a la muerte; el esclavo, en el cual su miedo a la muerte es mayor. El que tiene miedo a morir antepone el temor a la muerte a su deseo. El amo pone a trabajar al esclavo mientras el amo se vuelve ocioso, el esclavo trabaja la materia y comienza a construir la cultura, la cual es la transformación de la materia (Materialismo Histórico o Dialéctico de Marx). La historia humana pasa por el lado del esclavo, es el esclavo el cual, con su trabajo para el amo, descubre que él tiene una relación con la materialidad que es creativa, y es tan creativa que le permite sentirse más humano que el amo. Hay una cultura porque el esclavo trabajador la hace. El amo queda confinado al ocio, goce, a la pasividad…, el esclavo a la actividad. El que ha terminado siendo humano es el esclavo, el que ha terminado siendo una cosa, materialidad, un animal, el que tiene sólo relación con lo que come, es el amo. 
–Añadiría: decir también que el esclavo desea, en última instancia, o valga la redundancia amo-esclavo, ser amo, consiguiéndolo parcialmente en la sociedad pues, aunque llega a tener ciertos derechos adquiridos sobre grupos, él sigue subordinado a sus superiores jerárquicamente que ejercen su autoridad por medio de la también llamada Violencia Simbólica por Pierre Bourdieu. Con esto retomaríamos la llamada lucha de clases, el fenómeno clasista de las sociedades y la pirámide social tan conocida. 

Desde muy remoto, desde aquellos primeros combates tribales que, luego, tendieron a desenlaces mal avenidos entre pueblos para acabar por desembocar en batallas y guerras, cruentas todas; han sido necesarios hombres para llevarlas a cabo, aun no poseyendo éstos preparación oportuna para tales cometidos.  Ya aprenderán por el camino. Este camino que recorrían mujeres y hombres de las más diferentes etnias, razas o procedencias, en suma, era una senda que los dividiría, que además de producirles callos en los pies también se los producirían en la mente, endureciéndosela, para así separarlos a los unos de los otros, amansándolos para obedecer todos a los líderes de la tribu o pueblo. Hombres y sus mujeres, de la periferia, de otros asentamientos, cuales hijos asesinados o bien adoctrinados cuando no aquéllos/as por consecuencia de una mayor percepción de los nuevos amos. –Nos podrían servir. Cuando comenzamos a pensar en el futuro rodeados de peligros para nosotros, empezamos a pensar que los demás nos podrían servir para protegernos de esas amenazas, la causa inmediata de las mismas podría bien tratarse de los mismos hombres que se incorporaban u otras amenazas, tales como fieras. 

 – Y, a ti, ¿cuánto te paga tu burgués? [El origen de esta pregunta es: Si preguntamos a los obreros qué salario perciben, uno nos contestará: «Mi burgués me paga un marco por la jornada de trabajo»; el otro: «Yo recibo dos marcos», etc. Por Marx.]

Pandora

  PANDORA  A mi madre, Pilar. Prólogo: Se trata de una historia corta sobre IA, AGI y ASI. Recopila diferentes e hipotéticas...