Fragmento de 'Un mundo feliz'. (XVI)
... La oratoria de Mustafá Mond rayaba casi tan alto como los modelos sintéticos. —No comprendo por qué los tienen —dijo el Salvaje— pudiendo producir lo que se quiera en los envases. ¿Por qué no hacen ustedes en cada uno un Alfa-Más-Doble, si se puede lograr? Mustafá Mond se echó a reír. —Porque no tenemos malditas ganas de hacernos retorcer el pescuezo —respondió—. Nosotros creemos en la felicidad y en la estabilidad. Una sociedad de Alfas no podría evitar el ser inestable y desgraciada. Imagine una fábrica donde todos fuesen Alfas, es decir, individuos diferenciados y sin parentesco, de buena herencia y acondicionados para ser capaces (con ciertas limitaciones) de escoger libremente y asumir responsabilidades. ¡Imagínela! —repitió. El Salvaje trató de imaginársela, mas no con muy buen éxito. —Es absurdo. Un hombre decantado para Alfa, acondicionado para Alfa se volvería loco si tuviese que hacer el trabajo de un Épsilon semienano, se volvería loco o se pondría a