Supérate

Todo el mundo, absolutamente todo el mundo, toda la gente, toda persona puede conseguir lo que le plazca, lo que quiera. Unos/as dirán: es que no soy capaz, es que no puedo, es que no tengo la suficiente capacidad física o psíquica para conseguir lo que deseo, no tengo dinero para hacerlo, no tengo tiempo para llevarlo a cabo, carezco de esto, esto y esto para conseguirlo. Ahora piensa con tu cerebro en todas estas anteriores aseveraciones y pregúntate: ¿Eras tú mismo cuando te las dijiste la última vez que intentaste hacer algo? O, a caso, ¿no era una voz del subconsciente? Entonces no eras tú mismo, te has estado dejando llevar todo el tiempo por tu subconsciente. Todo lo malo está ahí, y sale a fuera cuando intentas hacer algo: es que no soy lo suficientemente atractivo, no soy lo suficientemente inteligente, sabio, guapo, delgado, fuerte, hábil, etcétera, etcétera. Sin duda alguna, lo que debes hacer es diferenciar esa voz interior de tu propia voz interior, esa voz siempre te dirá que no puedes, que no eres capaz, siempre. Tu voz interior, escúchame, tu voz interior, la tuya, siempre te dirá que sí eres capaz, porque tú lo que quieres, sin duda alguna, es superarte.

Tú puedes ser el mejor moviendo pesos, atunes, cajas de un lado a otro de la fábrica, del camión a la máquina, el que más toneladas mueva al año; o ser el mejor en otra cosa que te propongas, tú decides. En los dos casos hay que trabajar, los dos implican trabajo, tú decides en qué quieres perder tu tiempo o en qué quieres ganarlo.

No lo tomes como una ofensa, como un mal trago; va con mucho cariño, son una oportunidad. Cada día tienes una otra oportunidad.

La preocupación por los problemas no los resuelve, sólo los resuelve la cabeza cuando se utiliza correctamente. Preocuparse es perder el tiempo, es tender a neurosis, es tender a una depresión. Resolver los problemas debe ser divertido no/nunca preocupante. Preocuparnos por los problemas sólo nos distrae, de mala manera, de lo divertido que es resolverlos.

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