Cerebro


La información que percibía su cerebro tomada tanto por los sentidos de la vista, tacto, gusto, olfato o auditiva era continua, sin lugar para el error, de forma pura y limpia; tanto es así que apenas tenía que esforzarse en la intelección. Recreaba decenas sino cientos de situaciones en las que concatenaba escenas desde las más variopintas, hasta las que poseían menos margen de error, las que con casi total seguridad serían las que se llevarían a cabo en aquella habitación.

Podríamos pensar entonces que su cerebro era una obra maestra.

Mientras el hemisferio izquierdo analizaba en el tiempo, el derecho sintetizaba en el espacio.

La sabiduría le era proporcionada como resultado de la interacción de la percepción con el análisis; de la idea con la ciencia; del idealismo con el materialismo, etcétera.

Los dos hemisferios unidos por el cuerpo calloso se relacionaban en perfecta armonía el uno con el otro, casi sin pausa mientras permanecía en vigilia:

El hemisferio izquierdo procesaba la información analítica y secuencialmente, paso a paso, de forma lógica y lineal, conociendo el tiempo y su transcurso, es decir: si-no, arriba-abajo, antes-después, más-menos, 1,2,3... Aprendiendo de la parte del todo y absorbiendo rápidamente los detalles, hechos y reglas, paso a paso, entendiendo cada componente uno por uno.

Al tiempo que el hemisferio derecho, parecía especializado en la percepción global, sintetizando la información que recibía por los sentidos. Veía cada cosa en el espacio y cómo se combinaban las partes formando un todo. Gracias a éste, entendía las metáforas, soñaba, creaba nuevas combinaciones de ideas. La parte derecha del cerebro estaba especialmente dotada para el proceso simultáneo o paralelo; es decir, no pasaba de una característica a otra, sino que buscaba pautas y formas. El hemisferio holístico era intuitivo en vez de lógico, pensando en imágenes, símbolos y sentimientos. Tenía la capacidad imaginativa y fantástica, espacial y perceptiva; empleando un pensamiento divergente, creando una variedad y cantidad de ideas nuevas, más allá de los patrones convencionales. Aprendía del todo a la parte, para terminar entendiendo partiendo de una imagen global. Sintetizaba, no analizaba la información. Siendo también relacional, no se ocupaba de las partes en sí, sino de saber como encajar y relacionar unas partes con otras.


Texto gracias a la

Dra. Jill Bolte Taylor


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