Lo siento.

Ahogado en tus propias lágrimas has gritado violentamente a la vida, no para impedir más muertes de tus seres queridos y ordenar la de tus enemigos, fue para detener tus propios llantos y sollozos. Caminas muriendo por esta senda que todos comparten, flaqueando con cada paso, doblegado por la índole del tiempo a su voluntad, terminando por arrastrarte escurridizo, como las víboras, en los brazos de una mujer ante la adversidad de la muerte. Saliste de una al comienzo de tu vida para meterte en otra distinta al final de aquélla, no has superado la condición humana que os es propia a los hombres. Eres débil, eres un esclavo, nunca podrás compararte conmigo.

Cosas

El mundo es un patio muy grande de colegio en el que nunca sabes con exactitud el cómo ni el cuándo una pelota va a impactar en tu cara.

Siempre me ha fascinado la mente de esos que le dan la vida y se la quitan a los títeres, por ello he cesado de mirar a las sombras en la pared.

Los absurdos y los ridículos, los dos bandos enfrentados ab aeterno per omnia saecula saeculorum.

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(Anteriormente mala praxis.) Lo siento por mi tweet anterior (final de esta entrada). Minkowski tenía mucha más razón de la que yo le he intentado quitar atreviéndome a ello, en parte, involuntariamente.

Estar de vuelta...

Hablar como si se supiese todo o de manera de estar de vuelta de todo es irracional aunque acertemos en algo. Los sabios de tódas las épocas se hartaron de decir que esa forma de proceder es incorrecta porque comprende una línea muy larga de la que el individuo sólo recorrió un punto. Lo racional es dialogar y llegar a conclusiones sin preocuparse demasiado de si es correcto o incorrecto lo que discernimos siempre que nos motive para seguir haciéndolo.

Hablo de lo que es racional y de lo que es irracional, también de lo que es totalmente incorrecto.

La piada

"Un hombre fuerte con todos los demás hombres también es débil con algunas mujeres."

-(Él) Lo sentido me movió hasta el delirio: voz, olor y mirada harto femeninos y atractivos, el tacto del abrazo inesperado fue un salto evolutivo.
-(Ella) Le dices lo mismo a todas.
- Supongo que tendré oportunidad de soltarle esto mismo a otra si tú no me aceptas, pero ello será artificial. | Tú, controlas el tiempo, me has enseñado a dominar mi ansiedad y a convertirla  en creatividad. Tenía el don pero irrefrenablemente indómito.
-(El otro) Debes saber que, en la sociedad o mercado, no es suficiente con amar ya que los demás te exigirán pagarles.
- Nunca más me esclavizaré.
- El orgullo... Arrogancia por creerte superior al esclavo, vanidad por no ver la realidad. Tu sueño es hueco, no naciste noble ni virtuoso.
- Debo declinar tu aseveración con todo respeto, por favor, discúlpame por no nacer polímata como tú y tu mujer pero si sé que eres un canalla.

Camino

Muestra el camino al genio y pronto aprenderá a andar sendas y veredas, muéstrale a otro como él y entonces comprenderá el porqué del camino.

Las palabras del maestro permanecerán por siglos en la memoria de todos hasta que se le entregue su alma a otra ecuánime eminencia en persona.

Un alma excelsa carga con el peso de Atlas y sus palabras son como los rayos de Zeus a los titanes, haciendo estremecer al mismo Caos.

Tweets 12/01En/2016

Fausto te hará llorar a lágrima viva, entre sollozos y llantos tratarás con el mismo Diablo con tu espalda resguardada bajo la mano de Dios.

Ningún humano, en nuestra historia, ha sabido calcular la locura de los hombres y calcular los movimientos de las estrellas a su vez.

Profundos conocedores del alma humana y profundos conocedores de la medida de las cosas por siempre y para siempre separados. lat. calcuare

Se hablaba de Aristóteles (Simmons) como el que casi podía calcular ambas cosas. Lógica/o...

Parte del alma humana evoluciona con cada ente que la alberga y parte perece con éste; sin embargo, todas las estrellas parecen inmutables.

Conocedor del momento inercial, cada magnitud referente a cualquier punto del cosmos, se olvida con relativa facilidad de lo humano y de sí.

Yo sólo subrayaría a boli las frases más ofensivas de libros de mi peor enemigo.

Comprendo que para muchos su peor enemigo es sí mismo, lo que no comprendo es como lo dan a entender mediante los libros que les gustan mucho.

Vida, contrarreloj. Sueño, meta. Cansancio, ajeno. Preparación, necesario. Compañía, competición.

Yo no opero mediante el método de recompensa y castigo como otros. Cuando el niño sólo ha sido castigado, el adulto no cree en incentivos.

Muchas caricias diarias durante meses debe recibir el perro maltratado, durante años, para empezar a creer en el hombre.

- ¿Qué me dices de esos chicos   que alcanzan sueños impensables y baten récords?
- Te digo que no me interesan ni sus sueños ni sus récords.

Una sociedad de poderosos mercaderes concupiscientes en la que sus trebejos y monedas son infinitamente más importantes que las personas... No es una sociedad, es un mercado.

Me resulta tan insignificante, tan pueril, tan absurda y ridícula la vida de la fama a lo J. Manrique en esta sociedad de estetas y mercaderes...

Contemplo todo tipo de trabajo únicamente por necesidad económica o caudal, moneda, como esclavitud y ésta como lo más náuseabundo del ser humano.

La esclavitud conlleva, por definición, ausencia de libertad, nula moral y, como no, todos los males que un ser humano pueda provocar a otro.

El placer. Un momento placentero, un sitio placentero, compañía placentera son, por ende, una vida placentera.

Concibo la necesidad impetuosa de actuar y trabajar como la necesidad de hacer continuamente algo, muchos se aburren en su rato de libertad.

Ni siquiera el alma que no disfruta su libertad merece ser esclavizada desde mi punto de vista sino que merece ser reeducada. Cueva de Platón.

El alma y la masa.

He escuchado al peor de los hombres como embaucaba con su ingenio al resto mientras se alimentaba del mal ajeno para propio beneficio, lo he visto erigirse un Dios entre los hombres con su carisma y apariencia perfectamente cuidados, en cada minúsculo detalle, harto practicados enfrente del espejo. He sentido como el alma de cada persona, de los millones presentes allí, se tornaba buena y conspicua con sólo presenciar aquel acto de perfecta oratoria, gesticulación y osado orgullo patrio. Su sola presencia acallaba al más charlatán de la nación, desinhibía al más tímido de los hombres y hacía levantarse y postrarse hasta a los tullidos, uniéndolos a todos para una causa común, su causa, la causa de todos. Me embaucó, yo también levanté la mano, grité y lloré de felicidad, al unísono, al acabar su discurso. El énfasis que puso en aquellas palabras que jamás olvidaremos los míos y yo, nos conmovió el ánimo de manera tan enérgica que llegamos a creer vehementemente que en el principio era la palabra, y la palabra estaba con él y él era la palabra.

Soy el alma y espíritu de los hombres, necesito más como ese.