ironía y sarcasmo.

Me gusta emplear la ironía pero no el sarcasmo. No debemos confundir términos:



ironía. (Del lat. ironīa, y este del gr. ερωνεα). f. Burla fina y disimulada. || 2. Tono burlón con que se dice. || 3. Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice.



sarcasmo. (Del lat. sarcasmus, y este del gr. σαρκασμς). m. Burla sangrienta, ironía mordaz y cruel con que se ofende o maltrata a alguien o algo. || 2. Ret. Figura que consiste en emplear esta especie de ironía o burla.



Se podría atribuir el sarcasmo a formas arraigadas en el odio, a tonos enfermizos y bufonescos, chocarrería corrosiva…

La ironía, según como sea empleada y entendida, puede llegar a terminar en algo muy distinto. El sarcasmo a menudo lo consume gente incapaz de ofrecer argumentos mínimamente razonables para aplacar su desacuerdo con determinadas situaciones o personas; la ironía es, por lo general, usada entre otros por así decirlo: indiferentes.

Hay una cosa de gran importancia en todo esto: si uno busca entenderse con sus interlocutores, encontrar una solución a un problema o caso dado... lo que sea, debe usar con la menor frecuencia posible la ironía; puesto que conlleva sobrentendimiento de argumentos contrarios o no acordes por parte del/los receptor/es en cuanto al pensamiento del emisor, o incluso, motivo último al que éste intenta hacerles llegar.

Cabe concluir que ninguna de las dos se hace entrever en personas que le aportan importancia a los hechos o situaciones dados, y que son capaces de ofrecer buenos argumentos y razones.

Y a mí me gusta emplear la ironía, también la razón; pero creo que se me da mejor la primera...