jueves, 29 de septiembre de 2016

El Infinito

Bienvenidos al infinito. 

Si me ves llegar sabrás que Dios ha vuelto, si me ves partir sabrás que ya estás muerto. 
El vínculo que nos une ha sido ideado por El, yo sólo me llamo San Miguel Arcángel.
Gabriel y Rafael; fortaleza de El y medicina de Dios, ¿quién cómo El? 
En este valle la influencia del mal huye, con el sonido de una tuba mirum halle el Dies Irae.
Sólo El sabe lo que pasará a continuación, todos excepto El conoceremos el mal de la creación.
Tu Fe será puesta a prueba día a día, sólo cuando el último día oscurezca serás juzgado por entereza.
Estés vivo o muerto, ni la Muerte ni la Naturaleza se opondrán ante el Juez al que rezan.
Aterradas quedarán cuando resuciten todos los muertos que del suelo saldrán y se levantarán.
El libro del Juez se abrirá y en sus hojas aparecerá lo hecho en vida, así a todos los juzgará.
Cuando el Juez se haya sentado, todo se manifestará, lo oculto a la luz saldrá.
Sin premio y/o castigo nada quedará.
¿Qué responderéis entonces, desgraciados y/o agraciados como yo?
¿A qué protector llamaré entonces, cuando ni los mismos y más excelsos de los hombres estén seguros ante el más veraz y adverso de los tiempos?




En el día de hoy.

Most Important Prophecy

Jeremías en la primera etapa de su actividad profética: el pueblo ha abandonado a su Dios, única fuente de vida (2.13), atrayendo sobre sí la muerte y la destrucción. El desastre ya está en camino, pero no ha llegado todavía (4.7). Por tanto, es posible evitarlo mediante el arrepentimiento y la conversión al Señor (4.1-2)




En nuestra historia hay tantas historias, pequeñas y grandes verdades, que contar que ni siquiera el propio Heródoto podría soportar la presión.
 

lunes, 26 de septiembre de 2016

Pesadilla


Hube llegado a la esquina o cruce de la 45 con Roosevelt cuando en el parque vi a una anciana que se agachaba para dar de comer a varios gatitos callejeros. Se me encogía el corazón, días atrás, al ver un video en Youtube de un chico dando una patada tan fuerte a una gata que la lanzaba por los aires, mientras otros se reían, incluso el que inmortalizaba la dura escena con el móvil. Había niños jugando en el parque, lo que me impresionó es que fueran de muchas etnias diferentes, se les notaba en la piel, el pelo y los ojos. A no muchos metros de allí, en un edificio colindante se distinguía la voz de un señor y una señora extasiados en plena contienda de ira ciega y desenfrenada la una con el otro y viceversa. Me acerqué a los chicos sorprendiéndome que no les hacían ni caso, mientras, uno tenía una cucaracha en la mano mientras los otros miraban hacia abajo, hacia un hormiguero del que salían y entraban multitud de hormigas, entonces, la dejó caer junto al agujero y tapó con un tupper de plástico transparente. Aquel ente al que todo en enjambre debía la vida, el Todo Poderoso, hizo caer una gran hembra, masiva en tamaño respecto a ellas. Decidieron atacar no para defenderse sino porque la colonia de hormigas estaba hambrienta. Éstas paralizaron a la gigantesca víctima que, para mi sorpresa, estaba preñada. No habían terminado de inmovilizarla cuando de repente comenzó a expulsar un saco larvario repleto de seres vivos. ¿Era esto lo que pretendían los niños? Casi vomito allí mismo, me escapé hacia casa por Roosevelt. Las reglas estaban dispuestas, nos habían dado un tablero a todos y una ficha a cada uno, pero esta no era la manera de gastárselas, pensaba.

De lejos la divisé, llegaba hasta el punto donde yo me encontraba, delante de aquel Starbucks. Algo o a alguien buscaba sin prisa y sin pausa, se paseaba lenta por la acera. Habiendo llegado apenas a tres pasos de mí, no lo dudé, le pregunté si estaba buscando a alguien. Yo en aquel momento, concretando, estaba delirando, mi frágil cerebro no dudaba, la tenía por primera vez a mi vera, creía que era la Muerte. En ese instante debería haber despertado de la proyección astral en la que me había sumido hasta lo más hondo de mi alma durante el sueño pero no lo hice, creo.

Estaba delante de mí, a un salto del suelo. Era una forma alada sobre mi sepulcro, desde el cual me penetraba con su mirada, yo la evitaba y dirigía la mía hacia el suelo que veía plagado de larvas. De repente, extendió sus alas y comenzó a emitir diabólicas plegarias invadiéndome el horror y una inexplicable aversión, mientras la desesperación se adueñaba de su deprecación suplicando en lenguaje infrahumano. Así comenzaron a levantarse los muertos de aquel cementerio envueltos en llamas, en la lejanía se apoderaban de la confusión los aullidos de cánidos, me revolví y escapé agarrándome como pude a lo que tenía más cerca, notaba la piel adherirse a las heladas lápidas. Sentí como los omnipresentes me dirigían sus vacías cavidades orbitarias, también como me señalaban con sus falanges entre las tinieblas. De las criptas murciélagos huían despavoridos y el parénquima de esos cuerpos, no muertos del todo, resbalaba, así, era así como los árboles exudaban ámbar estupefactos al ver ese cuadro. La demencia se apoderaba de mis facultades viniendo a mi mente imágenes brutales de castigos, torturas; la sierra, la artesa… Entretenimiento morboso y sádico de un torturador o un verdugo. Las vi, una panorámica en líquidos matices rojos, zarpas desplazándose por un sendero de huesos, cuerpos empalados en largos charcos desangrándose, cuadrúpedos por el verde fango nauseabundo arrastrándose, tótems embrujados de cabezas vivientes. Por los pies reptaban silenciosas en su propio veneno serpientes, susurros al unísono apelando a demonios en oraciones de lenguas muertas. El viento enloqueció desesperado y frígido, cortante.  De la ciénaga pantanosa salía un olor a podredumbre, exhalaba hasta su último hálito.

De repente desperté en un grito sobrecogedor y encogido. Abrumado por el estruendo de los truenos y ofuscado por cegadores relámpagos me sobrepongo haciendo un esfuerzo sobrehumano, inundado de adrenalina en la cama mientras veo a lo lejos, por la ventana de mi habitación, estaba en mi casa, como el sol se pone precediendo al crepúsculo de esta deleznable noche de invierno. Una imagen que me consuela en silencio mientras acompaño a este con un profundo llanto que haría sobrecogerse al mismísimo lector de este texto.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Pienso luego...



Cogito ergo sum; Pienso luego soy; Je pense, donc je suis.  Pienso luego existo.
Descartes.

“Pues lo mismo es ser pensado y ser” o “Pues una misma cosa es la que puede ser pensada y puede ser.Parménides

“Lo mismo es ser pensado y aquello por lo que es pensamiento, ya que no encontrarás el pensar sin lo que es en todo lo que se ha dicho.”
Parménides

Suelo leer artículos en los que se parafrasea esta frase de Descartes y me percato del problema originado hace tiempo con su mala traducción. He aquí una explicación por el mismo Parménides, la raíz del problema.



Stellarium

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