Lo llaman Sexo no coito ni apareamiento.

Su práctica ha degenerado tanto, a través del tiempo, en los seres dotados de vida y con el centro de pensamiento más evolucionado del reino animal que incluso se intercambian papel moneda entre ellos para satisfacer sus instintos más arraigados y primigenios, sólo para eyacular fluido seminal o tener compañía parte del día o de la noche inclusive. Han ideado la forma para convencerse los unos a los otros sin pararse a meditar, sin conocerse previamente, sin pensar en la ética y en la problemática, sin darse las condiciones óptimas en cada individuo que interviene en su práctica o, simplemente, para hacerse daño, etcétera. No es en parte sino que es totalmente instinto, no han cesado de ser animales para comenzar a ser lo más representativo de los seres dotados de inteligencia de su propio planeta. En resumen: son objeto propio de estudio aunque sus métodos nos resulten aborrecibles.

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