Guerra con la inteligencia 1º parte.



. Escribo bajo el influjo de una canción, de un remix de Joris Voorn, de Lana del Rey titulada Video Games; un amigo de la infancia la colgó en el Facebook subida anteriormente por alguien a Youtube. Sobre todo escribo en soledad, pues solo en el piso me siento bien, y también siento que si no lo hago ahora acabaré haciéndolo después.


Sí, la “Inteligencia”, esa gran desconocida, y con ella el resto de la sociedad, me perseguía por que sabía o, más bien, intuía algo, algo que podría o bien comprometer, o bien complicar las relaciones sociales mundanas en el presente. Hablo de presente porque en aquel entonces lo era, además, escapaba de un pasado tortuoso y me dirigía hacia un futuro incierto pues lo que no sabía a ciencia cierta era lo que mis indagaciones, a nivel psíquico, podrían cambiar si las liberase al exterior.

Ya en una etapa avanzada de mi enfermedad, iba descubriendo o más bien relacionando todo lo que me pasaba por la cabeza con lo que había aprendido tiempo atrás o con lo iba descubriendo día a día. Se sucedían mis días en los que yo estaba realmente absorto delante de los libros o de la pantalla del ordenador pero haciendo algo, leyendo, intentando comprender lo que a mí me parecía enrevesado en el mundo, intentando unificarlo todo también pero sin apuntes sólo con un monólogo el que yo interpretaba como un diálogo con la “inteligencia”, con lo que yo creía que eran personas en una habitación en el séptimo piso, encima de la mía. Recuerdo como veía los videos, las películas, los documentales a veces, clickeando con el cursor sobre la barra de tiempo del reproductor de video una y otra vez llevándolo a diferentes tiempos del visionado para experimentar e intentar encontrar una lógica, intentar relacionar lo que estaba escuchando y mirando en ese momento con lo que pensaba y con lo que me estaba sucediendo en esa habitación, incluso con el ruido de los coches y semáforos afuera de aquel habitáculo. Era enfermizo, en inglés se denomina “sick” (adjetivo  enfermo; sense of humor morboso, macabro; society enfermo; be sick of (fed up with) estar harto de), creo que no podría haber palabra más adecuada pues lo que hacía seguidamente era abrir más reproductores, más videos, y verlos todos a la vez para así encontrar respuestas antes, creía que a más información, a mayor flujo de información, mayores respuestas, era “sickly” (adjetivo  person enfermizo; color pálido).

Sé que no podía parar, mi mente me pedía más y más horas delante de la pantalla, delante de aquel monitor CRT de 17’’ AOC que me había regalado un amigo de mi madre del cual conservo un buen recuerdo.

Como ya dije mi búsqueda no se limitaba al ordenador, era a todas horas y en todas partes con todo tipo de material, desde libros, hasta música, o vagando por una calle de la ciudad de Santiago de Compostela con las miradas de la gente, con sus diálogos, con todo lo que podía aprehender por los sentidos, utilizando para ello los que yo creía que eran los más importantes, aunque luego se extendiera a los demás, pues eran la vista y el oído.

En una de esas búsquedas, inmerso en una de mis paranoias, llegué a sentir como casi desfallecía por el agotamiento físico e intelectual al que sometía mi cuerpo, por la necesidad incesante de información y enfermizo raciocinio, me había metido en un garaje de una callejuela de la ciudad a la salida de un coche donde me dejé caer de culo sobre el suelo apoyado en una pared del mismo. En otra era ya por la mañana después de vagar toda la noche por las calles de la ciudad, me dolía la cabeza y el tórax, cerca del corazón o el mismo, no sabría concretar. En otra, con un dolor muy vivo de cabeza, podría concretar que se trataba de una jaqueca, de una cefalea intensa, localizada a un lado de la cabeza que luego se extendió a toda ella después de otra larga noche en vigilia y vagando, elucubrando y relacionándome a mí manera con los que conversaban conmigo y sobre mí en mi mente, aunque a veces intentase hacer preguntas mentalmente no siempre obtenía las respuestas de esos entes que eran mis propios pensamientos llevados al extremo.

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