Megachad

 En la mitad de una clase, en una universidad, uno de los alumnos, inesperadamente, le preguntó al profesor:

– ¿Usted sabe cómo se capturan los cerdos salvajes? El profesor creyó que era una broma y esperaba una respuesta graciosa.

El joven respondió que no era una broma, con seriedad comenzó su disertación: – Para capturar cerdos salvajes, primero se localiza un lugar en la floresta al que los cerdos salvajes suelen ir, allí se coloca diariamente un poco de maíz en el suelo.

Así que los cerdos salvajes vienen todos los días a comer el maíz “gratis” y, cuando se acostumbran a venir diariamente, usted va construyendo una cerca alrededor del lugar donde se acostumbraron a comer, un lado por vez…

Cuando ellos se acostumbran a un lado de la cerca, vuelven para comer el maíz, usted construye otro lado de la cerca… Ellos vuelven a acostumbrarse y vuelven a comer. Usted va construyendo la cerca alrededor, poco a poco, hasta instalar los cuatro lados del cercado alrededor de los cerdos.
Al final, instala una puerta en el último lado. Los cerdos ya están habituados al maíz fácil y a las cercas, y así comienzan a venir solos por la entrada.

Es entonces cuando usted cierra el portón y captura a todo el grupo. Así de simple, paso a paso, hasta que en el último segundo los cerdos pierden su libertad. Ellos comienzan a correr en círculos dentro de la cerca, pero ya es tarde.

Después comienzan a comer el maíz fácil y gratuito. Se acostumbran tanto a eso que se olvidan de cómo cazar por sí mismos, y por eso aceptan la esclavitud. Incluso, se muestran agradecidos con sus captores y, durante generaciones van felices al matadero.

Ni siquiera desconfían de que la mano que los alimenta es la misma que los mata. El joven le comentó al profesor que era exactamente eso lo que él veía que sucedía en su país, en su provincia, en su ciudad, con su pueblo.

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