PROFECÍAS
–De los honores
funerarios. – Se rendirán muy grandes y pomposos honores a ciertos hombres,
sin que ellos lo sepan.
–Del día de los
difuntos. – Muchos llorarán a sus padres muertos, llevándoles velas
encendidas.
–De las nubes. –
Gran parte del mar se escapará hacia el cielo, y no volverá por mucho tiempo: –
desde las nubes.
–De los buques. –
Los árboles más grandes de las selvas serán llevados por el ímpetu de los
vientos del oriente al occidente, es decir, por mar.
–De la siembra. –
Los hombres arrojarán sus propias vituallas que, para sustentarse, guardaban en
sus casas.
–De las cartas. – Los
hombres se hablarán y responderán desde remotísimos países.
–De los zapateros. –
Los hombres verán con placer gastar y romper sus propias obras.
–De las mulas. –
Muchos tesoros y grandes riquezas serán confiadas a animales cuadrúpedos, que
las llevarán a diversos lugares.
–De los cascabeles de
las mulas. – Se oirán en muchos países de Europa instrumentos de varios
tamaños y diversas armonías, con mucho cansancio de quienes los oyen de cerca.
–De las cabritas. –
Volverán los tiempos de Herodes, pues los hijos inocentes serán arrancados a
sus nodrizas, y morirán de grandes heridas causadas por la crueldad de los
hombres.
–De los gatos que
devoran los ratones. – Tus hijos, ciudad de África, serán despedazados en
sus mismas casas por crueles y rapaces animales de tu país.
–De la bola de nieve. –
Habrá muchos que crecerán derrumbándose.
–De las armas. –
Obras del hombre causarán su muerte: las espadas y las lanzas.
–Del hierro. – Los
muertos saldrán de bajo tierra, y con sus fieros movimientos expulsarán del
mundo a innumerables criaturas humanas.
–De las espadas y
lanzas que por sí mismas son inofensivas. El que por sí mismo es apacible y
sin maldad alguna, se volverá feroz y terrible a causa de las malas compañías,
y privará, con crueldad extrema, de la vida a muchas gentes; y a más aun
destruiría, si ciertos cuerpos sin alma, salidos de los peñascos no las
defendieran: esto es, las corazas de hierro.
–De las estrellas de
las espuelas. – Gracias a las estrellas, se verán hombres velocísimos, a la
par de cualquier animal veloz.
–De las bombardas. –
Saldrá de bajo tierra quien aturdirá con sus gritos espantables a los
circunstantes, y con su aliento, dará muerte a los hombres y arruinará ciudades
y castillos.
–Del pedernal que, con
el fuego que produce, encendía los bosques y consume la leña cuyas brasas
cuecen la carne de los animales. – Las grandes piedras de los montes,
lanzarán fuego bastante para quemar la leña de muchos y grandes bosques y la
carne de numerosas bestias salvajes o domésticas.
–Del pedernal o
eslabón. – Con piedra y con fierro se harán visibles cosas que antes no se
veían.
–De la avaricia. –
Muchos habrá que, con gran solicitud y fatiga, perseguirán desesperadamente
algo que siempre los asustó, sin conocer su maldad.
–De los que se hacen
más avaros a medida que envejecen. – Se verán hombres, apreciados por su
juicio y experiencia, que cuanto menos necesitan las cosas, con más avidez las
buscan y rebuscan.
–De losa ambición de
riquezas. – Los hombres correrán tras la cosa que más temen, es decir, que
serán miserables por temor a la miseria.
–De las cosas que se
comen, matándolas antes. – Será muerto a golpes despiadados quien los nutre.
–Del alimento vivo. –
Gran parte de los cuerpos vivos pasará a través de los cuerpos de otros
animales, a saber, las casas deshabitadas pasarán en pedazos por las casas
habitadas, dándoles algo útil y llevándose lo perjudicial: en otras palabras,
la vida del hombre se hace de las cosas que come, las cuales llevan consigo la
parte muerta del hombre.