Del parasitismo al mutualismo y viceversa en un texto.

Sshhh, estoy aguardando con cautela la oportunidad propicia para reproducirme y perpetuar mis genes. Si mis descendientes tienen que coexistir con los del anfitrión me tiene sin cuidado, quizá sea lo mejor, mientras el se lleva los títulos, la fama y el dinero y mantenga a "sus hijos" yo habré ganado siempre reproduciéndome satisfactoriamente. Mientras tanto, me mantengo vivo, en letargo, viendo pasar las estaciones, las personas y todo lo demás por mis ojos gracias a otros hospedadores que a su vez son parásitos de otros hospederos los cuales aportan las ideas, el dinero, la actividad cerebral necesaria para levantar ciudades, mover montañas, etc., podrían catalogarnos a nosotros, mi especie, en definitiva, como hiperparásitos.

Yo no soy el mejor para describirme a mí mismo, quizá lo que hago forma parte del comensalismo, cum mensa, ya que podría decirse que el otro no se perjudica ni se beneficia o bien, para los más radicales, podría ser una especie de parasitismo. Parece ser que mutualismo en ningún caso a no ser que el anfitrión sea estéril y no pueda reproducirse por sus propios medios. En cualquier caso, si fuese estéril y lo único que pudiese aportar fuese dinero, ideas, inventos..., ya supliría por doquier sus expectativas y, sobre todo, las nuestras. No hay que detenerse a pensar si nuestra forma de subsistencia, reproducción y aportes a la sociedad es la más idónea, si está bien o está mal, pues, sin duda, es la más normal de las maneras con fines a corto y largo plazo.

Uno/a no tiene el porqué sentirse menos útil en la vida que un anfitrión para los demás, pues somos tan útiles como lo es el o incluso más ya que somos los que le hacen, en la mayoría de los casos y ocasiones: el trabajo sucio, los que sudamos, los que nos cansamos y un largo etcétera al hospedador y a una larga serie como ellos, pues ellos también se comportan como nosotros en otros ámbitos de la vida. Pues bien, ahora sí que sí, podría tratarse de un mutualismo por las dos partes, por el que en primera estancia se comporta como parásito y por el que se comporta como anfitrión para dar lugar en última estancia al susodicho.

Si bien la sociedad humana es representada como una especie de mutualismo, las personas se comportan con las demás como huéspedes y anfitriones, cada cual más variopinto.

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