sábado, 1 de noviembre de 2014

Teatro

Rockefeller, Macario o Monchito representaría, desde mi punto de vista al político, sea de donde sea con o sin formación, doctor o mendigo.

El ventrílocuo, con ese arte para imitar otras voces u otros sonidos es el dinero.

El público es el público, ¿qué quiere decir esto? Que es el que no habla, el que escucha y se emociona con la voz, con los gestos que nos ofrece la marioneta y con el diálogo (monólogo en suma) que mantiene el capital.

El teatro va a ser el mismo con cualquier marioneta, el teatro debe existir mientras los más poderosos muevan la mano del dinero. Entre amigos eh.




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